Vamos al cerro
Las mejores experiencias surgen cuando decimos sí a lo desconocido. En esta ocasión, quiero contarte una aventura donde más allá del esfuerzo físico, descubrí la importancia de confiar.
Hello hello!
Gracias por estar aquí, espero te encuentres bien.
Hoy te quiero compartir una experiencia que tuve la semana pasada con mis amigas al practicar hiking en la Ruta de las Noas.
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Andrea nos invitó a Karli y a mí al cerro como una actividad para hacer algo diferente y tener la experiencia nueva con nosotras.
Como sabemos que siempre decimos que sí claramente este plan sonaba muy bueno, al menos yo estaba muy emocionada, porque era la primera vez que iba a hacerlo.
Y se llegó el día, ya estábamos listas para subir y yo confiada que todo estaría bien, porque tal vez no tenga la mejor condición, pero no creía que fuera tan difícil.
Empezamos la primera subida y wow yo dejé de hablar porque realmente me estaba agotando y aún no llevábamos ni la mitad del camino. Fueron dos subidas muy intensas y retadoras mentalmente, porque mi corazón casi se salía, mi respiración estaba tan descontrolada que lo único que pensaba era “no voy a poder”.
Este pensamiento giraba una y otra vez, pero no quería compartirlo con mis amigas porque de alguna forma ellas también estaban viviendo la experiencia y no quería contagiar o retrasar lo que poco a poco estábamos logrando.
Pasando una de las partes ya un poco más sencillas, Andrea nos dijo que nos preparáramos para lo realmente difícil, era una parte que literalmente estaba inclinada y era subir agarrándote de lo que pudieras, incluso había una piedra que teníamos que saltar para poder continuar.
Yo claramente estaba aterrada porque sabía que cualquier paso en falso podría tener un accidente.
Llegué a la piedra, Andrea me tomó de la mano y me dijo “impúlsate, sí puedes “
Y sin pensarlo dos veces lo hice, estaba ya un poco tranquila de que pasamos esa parte y ya estaríamos más seguras.
Al llegar al punto más alto y sentarnos a ver la ciudad, sentía como mi cuerpo desconocía completamente lo que estaba haciendo y pasando. Sentir el aire, la altura y una gran vista que me atrapaba y me hacía tan vulnerable era algo que no podía creer.
Estaba saliendo de mi zona de confort y estaba tratando de estabilizarme, de sentir confianza, de estar orgullosa de mi esfuerzo porque había validó completamente la pena.
Mis amigas fueron mi soporte, me sostuvieron y acompañaron y sé que estaba segura con ellas.
El regreso fue más divertido, ya estaba hablando más como es costumbre y estaba súper feliz de que lo había logrado.
Solo quiero decir que siento tanta gratitud porque Dios nunca deja de sorprenderme al vivir experiencias únicas como esta y más a lado de increíbles personas que me alientan y que no tienen idea de cuánto las valoro y admiro.
Siempre he pensado que hay cosas que dominamos y cosas en las que es mejor dejar guiarnos.
Esta vez tocó dejarse guiar.
Te mando un abrazo.
-Sofi
Súper Frida, que padre foto, saludos a las tres!!
Love it.